martes, 4 de enero de 2011

El proceso de "llevar las riendas" de un equipo de béisbol o de un grupo de jóvenes con deseos de aprender y triunfar en el mundo del béisbol, es una de las actividades de mayor actualidad en nuestros países, donde este deporte constituye el espectáculo de mayor arraigo popular, convirtiéndose en una demanda social desde los puntos de vista recreativo y lucrativo. A continuación les exponemos las tareas primordiales y las características personales de un entrenador.

Tarea primordial: Saber manejar un grupo de jugadores donde cada uno tiene una personalidad propia, su temperamento y sus rasgos de carácter que deben ser tratados de forma individual y es precisamente el entrenador quien guía, encamina y conduce a este grupo de atletas para lograr los objetivos propuestos, de esta forma dependerá el éxito de la labor educativa, instructiva, de preparación general y especial que habrá de conducir a la victoria del equipo.

La capacidad profesional es otro de los componentes necesarios, en el entrenador, para poder ejercer una dirección auténticamente científica. Si el responsable no es capaz de obtener éxito en la actividad que dirige, su autoridad se debilita y su dirección resulta ineficaz; la función de dirigir un equipo de beisbol presume poseer los conocimientos necesarios de los elementos técnicos-tácticos, pedagógicos y metodológicos, que comprende este deporte, así como también tener un conocimiento de las reglas generales del beisbol.

Características personales:

Las buenas relaciones con sus jugadores, recuerden se puede tener un excelente material humano pero si las relaciones no son buenas nada funciona. El entrenador debe ser una persona extremadamente sensible ante los problemas de los demás, aun cuando no están relacionados con el béisbol, gran firmeza de carácter para mantener sus dediciones y hacerlas cumplir, contar con la flexibilidad necesaria para aceptar cualquier situación surgida. Nunca aferrarse a ideas obsoletas para hacer prevalecer su criterio.

  • Tenacidad en su trabajo, espíritu de abnegación y sacrificio.
  • Tendrá derecho a cansarse pero nuca a descansar hasta que su labor no haya concluido.
  • Tener autocontrol ante las diferentes situaciones que se dan en el terreno de juego y con sus jugadores.
  • La responsabilidad ante el trabajo y su capacidad profesional.
  • Es inadmisible en un entrenador la rudeza, las groserías, el lenguaje obsceno, el insulto, la autocomplacencia o apatía ante las cosas mal hechas, la falta de criterios, ect.
  • Siempre deberá haber una comunicación constante con sus jugadores.




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